Arquitectas que aman el mundo y tienen en objetivo de cuidarlo. Con eso en mente, crean espacios sin poner en riesgo la capacidad de sostener la vida en la tierra. Se trata de arquitectura consciente. 

Por: www.concientizarq.com | Carolina Brussa | Brenda Zaldivar | Etel Fernández | info@concientizarq.com 

Se inspiran en la naturaleza, en las sabidurías ancestrales. También en el criterio bioclimático, en materiales con mayores posibilidades de volver a la naturaleza. Sumado a la reutilización y en las nuevas tecnologías sustentables. En definitiva, crean arquitectura consciente y eficiente. 

La arquitectura sustentable está inspirada en la naturaleza. Asimismo, se vuelve natural encontrando el modo de ser sostenible en el tiempo; a través de la utilización de los recursos naturales y de sus sistemas constructivos milenarios. También de la sabiduría que la sustenta desde el inicio del refugio. Logrando así disminuir el impacto ambiental de sus construcciones sobre el medio ambiente y sus habitantes.

Este modo de crear arquitecturas conscientes, toma como base el conocimiento de los antepasados. Además, aporta lo nuevo con los estudios de laboratorio; con sus terminaciones cuidadas y sumando los avances innovadores que permiten optimizar, cuidar y lograr el mejor presente.

Por otro lado, se perfecciona el uso de recursos naturales. Esto se realiza utilizando materiales reciclados; aprovechando los recursos de asolamiento y refrigeración natural pasiva. Así como también la ubicación del edificio, dentro de un entorno permacultural. Mediante el cual ambos actores se sustentan mutuamente. Se logra de esta manera reducir el impacto ambiental de las construcciones. Y al mismo tiempo contribuir al sustento de ese entorno natural en el cual la vivienda se emplaza. Al mismo tiempo que la construcción puede servirse del sustento que la misma naturaleza le brinda.

Lo importante en la arquitectura consciente 

La eficiencia energética en la arquitectura sustentable es uno de los pilares de la construcción con conciencia ambiental y de sus habitantes. Y se logra a través de la elección del material que formará la envolvente del edificio. También de su diseño bioclimático y de la orientación que tendrá la vivienda para aprovechar así al máximo la energía solar en todo su recorrido. Sumado al aprovechamiento de la ventilación cruzada y de la utilización de techos vivos ajardinados (que permiten aislar la vivienda y protegerla de las variaciones de temperatura). El resultado es que el clima logrado en su interior (ya sea por calefacción o refrigeración pasiva o activa), se prolongue por más tiempo, reduciendo así las necesidades energéticas de estas viviendas.

Estas construcciones son asistidas por los medios naturales ya mencionados, tanto para calefaccionar como para refrigerar. Y también se utilizan estufas y hornos de alto rendimiento que por sus propias capacidades constructivas permiten lograr una mayor eficiencia energética. Por ejemplo, en el consumo de leña al lograr una quema de gases eficientes y sustentables.

Por otro lado, además se puede usar el calentamiento solar de agua activo o pasivo; generación eléctrica solar; calefacción y refrigeración geotérmica. Es decir, pozo canadiense; muro trombe; efecto venturi; invernaderos, entre tantos otros sistemas eficientes disponibles al alcance de todos.

Un ida y vuelta en la arquitectura consciente 

Este diseño permacultural sobre el cual se emplaza la arquitectura natural, permite que la vivienda le aporte a su entorno todo lo que produce. Ya sea aguas negras como grises; al igual que los residuos que recicla y separa para su posterior utilización o procesamiento (como es el caso del compost). Es decir, el residuo orgánico que se convertirá en el humus para las plantas, huerta, árboles y para todo el entorno natural que rodea la vivienda. Al igual que los sistemas de tratamientos de aguas; mediante filtros y estabilización biológica con juncos y otras variedades vegetales (dentro de lechos nitrificantes o humedales); reutilizando esa agua ya filtrada para un estanque o para riego.

La vivienda pasa a ser una extensión de sus habitantes. Una segunda piel que envuelve, protege y cuida. Al mismo tiempo que permite encontrarnos en un ambiente saludable, con aire limpio, con geometrías que nos identifican con lo orgánico de nuestras formas naturales. Además, con una humedad constante y regulada gracias a las paredes que naturalmente regulan la entrada de aire renovándose constantemente. Un espacio cuidado y afectivo, una arquitectura consciente, eficiente y sustentable. 

Arquitectura sustentable de Santa Fe al mundo

Desde sus inicios en la carrera de arquitectura Carolina Brussa ha sido una de las portadoras de la bandera de la construcción consciente. Se destaca por trabajar como formadora tanto en el ámbito público como privado. Además, apuesta por la construcción con materiales sustentables, naturales, reciclables (plástico, botellas de vidrios, reutilización de materiales de obras convencionales) y tierra, madera, cañas, fibras o arena. También a la construcciones realizadas y plasmadas mediante mingas (invitaciones a construir en colaboración con la familia, vecinos, amigos). Una arquitectura que abre sus puertas para continuar con la transmisión de este conocimiento de generación en generación.

Una vivienda digna es aquella que se puede construir por nuestros propios medios, acompañados. Plasmada mediante capacitaciones; donde se aprende se enseña al mismo tiempo. Donde la horizontalidad permite encontrarnos, reconocernos cada uno en lo que puede dar y recibir; logrando una consciencia colectiva de volver a lo natural, a nuestra propia naturaleza.