GREEN-E: Sustentabilidad, también es tendencia

En un mundo globalizado, donde la conciencia por el medio ambiente parece comenzar a tomar importancia en los lugares comunes y también a implementarse con originalidad, nace GREEN-E. Una marca de moda consciente de Chile, que reutiliza jeans para crear prendas innovadoras.

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Por: Pia Greene

Se podría describir como versátil, ecléctica o simplemente libre, pero no le gustan las etiquetas. En parte porque no se siente cómoda con ninguna, pero también porque su historia ha sido de maduración y procesos. No fue algo que soñó desde chica, ni la idea le llegó como una epifanía. Simplemente fue un deseo de dedicarse a algo que la apasionara y que, de paso, deje una huella positiva. Así, sin reglas ni pautas, sin plan de negocios ni financiamiento, nació GREEN-E, una marca de moda consciente de Chile.

Valentina Greene, su creadora, diseña y confecciona ropa de jeans. Bajo la premisa del upcycle –la reutilización creativa de prendas y materiales– contribuye así al medio ambiente y al desarrollo sostenible de la industria. “Fue una mezcla de varias cosas: ganas de hacer algo que tuviera sentido, pero que a la vez me gustara y pudiera usar mis conocimientos y experiencia”, describe.

GREEN-E sustentabilidad es tendencia

Explica con detalle, porque para entender su arte hay que remontarse a su pasado, adentrarse en sus intereses y personalidad. Admiradora de lo que ella describe positivamente como “decadencia”. Ha pasado su vida buscando cosas que le cuenten una historia, que tengan un pasado. Que alguien las haya disfrutado alguna vez.

“Si algún día me comprara una casa, me gustaría que fuera una casa vieja, aunque esté destartalada. Sería fascinante poder rehacerla, reconstruir los espacios imaginando las historias de quienes vivieron antes ahí”, relata. Dice que también tiene ese acercamiento con la gente, le atraen las personas con historia, que tengan algo que contar.

Y desde ese mismo lugar es de donde viene GREEN-E porque, según ella, con la ropa le pasa algo similar. “Me gusta saber que alguien ya la usó, la disfrutó y luego siguió su camino”, comenta. Desde ahí, con ese pasado en las manos, le resulta más fácil imaginar un futuro, una nueva prenda, una creación.

Cuenta que siempre le gustó la ropa y la moda, pero nunca se imaginó empezar por ahí. Entró a estudiar diseño gráfico y antes de terminar decidió cambiar de rumbo, hacia la fotografía. Le gustó y lo ejerció exitosamente, llegando a exponer en Chile y también en Buenos Aires, donde vivió dos años. También estudió maquillaje, se especializó en fotografía urbana y sólo regresó a su tierra cuando decidió formar su familia. “Fue una época muy entretenida y de mucho aprendizaje. Buenos Aires es una ciudad con mucha cultura, mucha libertad de ser quien quieras ser”, cuenta con melancolía recordando aquellos días.

 

Ya instalada en Chile trabajó como fotógrafa en una revista. Tuvo a su primera hija, se casó, llegó el segundo hijo, y decidió emprender. Después de apuntar a varios proyectos vinculados con la moda, nació GREEN-E. Sabía que quería crear su propia ropa, tenía ideas de modelos y texturas, pero le faltaba lo esencial. “No soy una creativa innata. Lo que me he dado cuenta de mi forma de crear, es que yo le doy una segunda vida a lo que ya existe. Lo mismo que con la fotografía, veo las cosas y las capturo de una manera especial. Siento que tengo buen ojo para armar cosas que tengan sentido sobre cosas que ya están”, explica.

No es difícil encontrar en el mundo proyectos que tengan como objetivo el cuidado de la naturaleza y el planeta. Pero los pocos que llegan o se desarrollan en Chile, son productos caros.

Hoy, Valentina diseña y confecciona ropa redescubierta y reconstruida con jeans reciclados. El concepto es que las prendas mantengan su naturaleza, que siga quedando la huella de su pasado. “Las prendas me dicen algo sobre ellas, con su historia, con su esencia, y sobre eso busco la forma de hacer algo nuevo. No sólo uso la tela como retazo, sino que la desestructuro y dejo su esqueleto, para que no se pierda totalmente”, revela Greene. Todo esto, con un mínimo impacto en el medio ambiente.

No es difícil encontrar en el mundo proyectos que tengan como objetivo el cuidado de la naturaleza y el planeta. Pero los pocos que llegan o se desarrollan en Chile, son productos caros a los cuales no todos pueden acceder. Valentina cree que esto es porque no se ha masificado ni internalizado la responsabilidad que tenemos en el cuidado o deterioro del planeta. “Es súper tentador comprar ropa barata y muchas veces hasta cosas que no necesitamos, sólo porque están en oferta. Pero no sabemos que detrás de esa prenda hay trabajo en malas condiciones o contaminación”, explica. Y los números son alarmantes: por cada jeans que reutiliza para confeccionar su ropa, el fabricante original gastó 3 mil litros de agua en su elaboración. Lo que equivale a 250 duchas.

Tomar conciencia es uno de los factores por los que han entrado en escena marcas, empresas y personas que defienden el crecimiento sustentable. Es decir, el crecimiento económico con respeto a las personas y a la naturaleza. En la moda, ha proliferado el modelo llamado slow fashion, que incluye comercio justo, calidad y exclusividad. Dejando atrás la fabricación en cadena con materiales que dañan el medio ambiente. GREEN-E entró de lleno a esta corriente.

Es más caro, lo sabe. Pero asegura que lo vale. “Cada prenda es única, hecha a mano, especialmente diseñada y confeccionada para una persona específica. A veces puedo hacer un modelo más veces, pero nunca habrá dos iguales porque la materia prima, al ser reciclada, cambia. ¡Es realmente un lujo!”, dice mientras sonríe.

Hoy se pueden encontrar sus modelos en la tienda Porquetevistes en el barrio El Golf en Santiago, Chile, y se pueden hacer pedidos a través de su Instagram @soygreene.