En Paraná y con el río como marco, la exposición de clásicos con hasta 105 años de historia se convirtió en una de las más importantes del país. No sólo por los más de 100 vehículos que se expusieron, sino también por la calidad de las joyas reunidas en categorías de veteranos, pre-guerra, post-guerra y contemporáneos.

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El mundo de los clásicos tiene una gran cantidad de seguidores en todo el mundo, y a principios de septiembre se vivió un encuentro que superó todas las expectativas de los amantes de lo clásico, el glamour, el diseño, la historia y la cultura. El primer Salón de Automóviles Clásicos y Motocicletas – Paraná 2017, se llevó a cabo en la Sala de Mayo de Puerto Nuevo de la ciudad entrerriana y mostró 100 vehículos clásicos -entre motocicletas y automóviles-; reunidos en categorías de veteranos, pre-guerra, post-guerra y contemporáneos.

El Club de Automóviles Antiguos y Clásicos de Entre Ríos (CAACER) dió a Paraná y toda la región cuatro días de un espectáculo asombroso, en los que público de distintas generaciones disfrutaron de lujosos modelos cedidos por coleccionistas de todo el país. Las cuatro jornadas tuvieron el marco del Río Paraná, la participación de destacadas personalidades del medio y ejemplares únicos de colección. Una selección de vehículos clásicos e históricos algunos con más de 100 años de antigüedad hicieron revivir la historia de la industria automotriz.

El Salón fue un viaje en el tiempo, con autos de 1912 -en la categoría veteranos- y motos desde 1920 -PreGuerra- a 1979 -contemporáneas-. Los visitantes pudieron apreciar en cada ejemplar una parte de la cultura, la historia y por supuesto el amor y trabajo de los coleccionistas para cuidar estas joyas.

El evento, que fue inédito para la región, sólo puede ser comparado con el Salón de Montecarlo, ya que por la cantidad y calidad de los autos expuestos, fue el más atractivo en el mundo de los clásicos en el país en 2017.
El espectáculo no solamente se centraba en los coches y motocicletas expuestos, sino en el rostro de los visitantes que observaban con pasión cada uno de los modelos. Se trató no sólo una exhibición sino del lugar de encuentro de distintas generaciones unidos por la misma pasión. Un espacio donde se fusionó el diseño, el arte, la cultura, la historia, y todos los aspectos de la historia del hombre desde que comenzó el desarrollo de los medios de transporte. Se vieron modelos para todos los gustos: los “futuristas”, los que recordaban viejas películas o se puede ver en alguna foto de algún familiar.

Los visitantes llegaron desde muchos lugares, ciudades vecinas y otros países. Algunos grupos en motocicletas, otros en sus propios coches de colección. Llegaron los expertos, los coleccionistas y los que, movidos por los comentarios o el boca a boca. Es que poder reunir en un espacio diseño, arte, historia, cultura, y tantos otros aspectos no es tarea fácil.

En cuatro días se vio el resultado de meses de trabajo. Un equipo enorme para concretar el sueño común de los amantes de los autos clásicos.