En 2024, Givenchy lanzaba una serie de perfumes exclusivos: Fleurs Interdites (Flores prohibidas). Una saga que revela nuevas interpretaciones olfativas, elaboradas en torno a flores singulares dotadas de un encanto casi venenoso. A Tubéreuse Noire, el primer capítulo de estas ediciones limitadas, se une ahora Angélique Rouge, el segundo, que revela una nueva flor narcótica que transforma L’Interdit.
L’Interdit, perfume icónico de Givenchy revelado en 1957 y reinventado en 2018, es una invitación a liberarse de las normas, a transgredir para revelarse aún más. Es la estela distintiva de una feminidad audaz que, a veces, coquetea con la oscuridad. El contraste entre un corazón floral luminoso y unas notas de fondo amaderadas oscuras otorga una personalidad olfativa única.
Una sensualidad transgresora
Flor de azahar, jazmín, nardo: las flores blancas inmaculadas de L’Interdit son alteradas por la angelica gigas, una flor misteriosa que golpea de lleno el corazón del ramo blanco.
Esta planta mítica sorprende por su sensualidad picante. Sus semillas difunden poderosas notas aromáticas, con matices de delicioso amargor. Mientras que sus flores aportan a la composición su olor verde, crujiente y especiado (capturado y recreado gracias a la tecnología LivingTM).
El corazón de la nueva fragancia es ambiguo. Oscila entre la pureza inocente de las flores blancas emblemáticas de L’Interdit y la voluptuosidad peligrosa de la angelica gigas. Asimismo, es intensificada por un acorde de higo chumbo especialmente adictivo. Estos dos ingredientes inesperados acentúan el contraste entre el resplandor del ramo floral y las notas profundas del fondo amaderado, tejido de vetiver y de pachulí.
En esta edición limitada, la angelica gigas florece en el packaging emblemático de L’Interdit. Es decir, un motivo gráfico estampado en el estuche exterior, así como en la etiqueta del frasco, excepcionalmente teñida de rojo profundo. El mismo tono carmín colorea el fondo del frasco, reforzando el aura magnética de esta fragancia tan singular.