Las joyas siempre han sido una forma de expresión personal y emocional. Más allá de su valor material, cada pieza cuenta una historia y refleja algo único de quien la lleva. En los últimos años hemos visto un fenómeno interesante: el regreso de las piedras de color, que vuelven a ser protagonistas en anillos, collares y pulseras.
Lejos de ser una moda pasajera, este revival tiene que ver con la búsqueda de piezas auténticas y con significado. Los colores transmiten energía, emociones y rasgos de personalidad. Elegir la piedra correcta no solo realza un look, sino que también conecta con quiénes somos y qué queremos proyectar.
¿Por qué vuelven las piedras de color?
En tiempos en los que la joyería minimalista dominaba la escena, las piedras preciosas de color habían quedado relegadas. Hoy, sin embargo, vemos cómo vuelven a ganar espacio por varias razones:
Por un lado, el deseo de individualidad: cada piedra es única, no hay dos iguales. La segunda razón es la tendencia hacia piezas más personales y con historia. Y, el auge de las joyas como inversión emocional, no solo económica.
Además, los colores aportan un elemento lúdico y sofisticado que se adapta a diferentes estilos, desde los más clásicos hasta los más audaces.
¿Cómo elegir la piedra ideal según tu personalidad?
Elegir una piedra no es sólo cuestión de estética. Es un proceso que tiene que ver con la identidad de cada persona. Estas son algunas ideas para guiar esa elección:
Personalidades apasionadas y enérgicas
Piedras como el rubí o la granate son ideales. Su rojo intenso simboliza amor, fuerza y determinación.
Espíritus tranquilos y equilibrados
El zafiro azul o la aguamarina o los topacios azules representan serenidad, confianza y estabilidad.
Almas creativas y soñadoras
La amatista y la turmalina rosa son perfectas para quienes se dejan guiar por la inspiración y la sensibilidad.
Personas optimistas y alegres
El topacio amarillo o el citrino reflejan vitalidad, calidez y alegría.
Quienes buscan protección y buena energía
La esmeralda o peridotos son símbolos de crecimiento, prosperidad y renovación.
Por último, el cuarzo ahumado y los cuarzos rutilados se destacan por su sofisticación, con tonalidades que van del dorado al caramelo.
El consejo final: dejarse llevar por la emoción
Más allá de las tendencias, siempre recomiendo que la elección de una joya sea profundamente personal. Una piedra debe generar conexión: que al mirarla, sientas que te acompaña y representa.
En Testorelli creemos que cada pieza tiene una historia que contar, y nuestra misión es ayudar a que cada cliente encuentre la joya que refleje su esencia y la acompañe a lo largo de la vida.
Hoy más que nunca, las piedras de color nos invitan a celebrar la diversidad, la emoción y la belleza que existe en lo singular.
Por: Miriam Testorelli – Testorelli Joyas
