En una entrevista amena y muy alegre, Javier Iturrioz se animó a responder algunas preguntas que develan su lado más íntimo.
Por: Candelaria Paseyro
Javier Iturrioz es el arquitecto y ambientador más prestigioso y solicitado de Argentina. Además, favorito en el exterior por su amplia trayectoria con grandes marcas internacionales como Luis Vuitton, Hermès, Fendi y Givenchy. Y también con las nacionales como Santino, Jean Pierre, Bouqueterie y Laurencio Adot.
En su espectacular oficina de Recoleta, allí, donde surgen la mayoría de sus trabajos junto a su equipo, recibió a Revista Doquier. Se trata de un espacio que refleja su estilo antiguo, con techos altos, obras de arte y espejos en las puertas.
En la actualidad está trabajando para Brezza, de Natalie Márquez, y por supuesto, para Hermès, la casa francesa que tiene una sede en Argentina. Por otra parte, tiene a cargo cinco nuevos proyectos privados y las ambientaciones de eventos de Chandon y Baron B.
─ ¿Qué parte del proceso de trabajo disfruta más? ¿La creación de una nueva idea, la puesta en escena o el resultado?
─A mí me encanta la gestación, cuando pensás qué hacer y también cuando lo estás plasmando. Y luego sacarle fotos a lo que armaste. Es todo un proceso creativo.
─ ¿Cuál es el sello Iturrioz? ¿Qué pieza no puede faltar en una ambientación?
─Mi sello en todos mis trabajos es que son elegantes. Me gusta ser bastante internacional. Cuando mirás quiero que pienses que esa vidriera podría estar en Madison. Creo que lo que no puede faltar es una obra de arte.
Javier es meticuloso, obsesivo del orden, los detalles, la ropa y el buen gusto. “En mi casa podés hacer una producción de fotos para una revista todos los días del año, porque somos dos personas muy prolijas”, confirma. Pero tiene una debilidad: la compra compulsiva de obras de arte. Tuvo que guardar hasta en el baño de su oficina, que ahora funciona de baulera.
─ ¿Qué es el lujo para Javier Iturrioz?
─Para mí es el tiempo, el tiempo para uno mismo. Por suerte tengo un trabajo que me gusta. Eso ya es un lujo. A partir de los 60 me gustaría dedicarme más a mí, a viajar. Pero soy muy workaholic, no puedo tomarme más de ocho días de vacaciones. Hay que ver si lo logro. Compro muchos libros y algunos no llego a leerlos, pero tengo la fantasía de que en algún momento podré hacerlo.
─ ¿Dónde nacen las tendencias?
─El argentino mira mucho a Europa, el semillero de tendencias está en cualquier lado donde haya gente que pueda mirar e investigar, incluso en la Quiaca. Cualquier cosa te puede inspirar, un libro una película, un sueño.
─ ¿Y su sueño cuál es?
─Reciclar algún palacio, me gustaría poder intervenir la Casa Rosada.
─ ¿Dónde se inspira más?
─Tengo tres lugares: mi oficina, en mi casa a la noche se me ocurren muchísimas cosas, y en el campo, cuando me desenchufo.
─ ¿Qué opina de las redes sociales, el lujo y la juventud Javier Iturrioz?
─Creo que los jóvenes les dan mucha importancia a las redes. Hoy hay demasiada información personal que no está buena, se puede generar mucha envidia de incluso vidas que no son reales. El argentino piensa mucho lo que se va a poner por miedo a las opiniones. Por suerte las generaciones más jóvenes, los millenials ya no le tienen miedo al qué dirán. El argentino supo ser refinado, un poco con la televisión o la moda mundial se volvió más chabacano. Ahora ya casi no se ponen corbata ni los políticos. Pero hay algunas marcas de lujo como Evangelina Bamparola y Ménàge à Trois.
─Sabemos que ama la ropa y le gusta usar buenas marcas. ¿Qué accesorio no puede faltar en el outfit?
─Me encantan los pañuelos, las corbatas y siempre llevo gemelos en las camisas.
─ ¿Y en una mujer?
─Me encanta que usen alhajas, algún brillante en una fiesta importante.
─Tiene la posibilidad de vivir en cualquier ciudad del mundo, ¿por qué Buenos Aires?
─Amo Buenos Aires, de todos los países que me gustan, acá encuentro algo de todos ellos, todo mezclado. La calidad de la gente, quedarte hasta las 3 de la mañana en casas de amigos, cosas así. Me parece divino viajar, pero me gusta vivir acá. Si tuviera que nombrar mis favoritas, serían París, Londres y New York.
─En el amor… ¿cuánto más opuesto o más parecido mejor?
Tiene que ver con un poco de cada cosa. Llevo 30 años casado, y en un montón de cosas menos mal que somos opuestos sino nos llevaríamos a las trompadas. Pero también es importante la complementación, uno pone la mesa el otro lava los platos, y así con todo.
A Javier Iturrioz le gustaría poder envejecer en Buenos Aires o en el campo, con sus perros. Del mismo modo, destaca lo importante de compartir un estilo de vida y el gusto por las antigüedades con su pareja, Leo Montes. Se reconoce como un hombre poco tecnológico, amante de leer el diario y las revistas en papel. Le hubiera gustado vivir en los años veinte, cincuenta o durante el siglo dieciocho, aunque no encontrara ninguna de las comodidades actuales. Se proclama en contra de la demolición y sueña con ser parte del grupo de personas que cuide a los edificios históricos en Argentina.