Una casa que fue forjada a través de la búsqueda de la excelencia. Louis Roederer nace de la innovación y el talento.

Louis Roederer es una marca Premium. Pero, por sobre todas las cosas, es una de las últimas casas de Champagne familiar e independiente. Su historia está marcada por las personas que la dirigieron. Cada nombre y cada decisión atinada, emprendedora e innovadora forjó su destino.

En 1833 el heredero Louis Roederer toma la decisión visionaria de ampliar su viñedo. Fue la sentencia fundamental que concibió un estilo, un espíritu y un gusto.

En 1845, decide comprar 15 hectáreas en el Grand Cru de Verzenay. La idea, era convertirse en viticultor para controlar mejor la elaboración. Desde esa época, todas las añadas Louis Roederer provienen exclusivamente de las propias viñas, algo inédito en Champagne. Las adquisiciones de sitios seleccionados por su aptitud para producir una u otra tipicidad de vino, se convierte en regla. En la actualidad, esta política sigue siendo la condición esencial de la evolución de la Casa. Vale decir que el empresario, a mediados del XIX, actuó contra las costumbres de esa época.

El carácter y la pasión de Louis Roederer trazó un destino excepcional. Más tarde, su sucesor, Louis Roederer II siguió el mismo camino y mostró la misma visión paciente del champagne, la misma concepción patrimonial de la finca, y la misma audacia instintiva.

A partir de 1870, sus productos viajan a Estados Unidos y a Rusia, hacia la mesa del Zar Alejandro II. Asimismo, Louis Roederer II crea, para este último, un nuevo champagne y lanza una idea innovadora: la primera “cuvée de prestigio”, que nace en 1876 bajo el nombre de “Cristal”. Su sutileza y su elegancia forjan desde ese momento la reputación de excelencia de la Casa Louis Roederer.

Louis Roederer dos siglos de éxito

Durante los años 1920, el nuevo heredero de la Casa, Léon Olry Roederer, es impulsado por el deseo de crear un vino muy equilibrado y de una calidad irreprochable. Así, comienza a perfilar el futuro Brut Premier. Este gran ensamblaje contribuyó al renacimiento de la empresa.

Tras su fallecimiento, a partir de 1933, su esposa Camille toma el mando. Y bajo su brillante tutela, la casa alcanza un éxito absoluto. Se destacó en restablecer elegantemente la dimensión festiva y el placer del champagne. Lo hizo, multiplicando las recepciones en el palacete familiar de Reims. Estas veladas marcarán la historia de la Casa y sumarán a la degustación del champagne a una nueva generación de aficionados.

Jean-Claude Rouzaud (enólogo e ingeniero agrónomo), su nieto, tomó su lugar y emprendió un trabajo inspirado en la concentración parcelaria del viñedo. Trabajando con pasión en la esencia misma del oficio, cultiva más que nunca la exigencia inventiva que contribuye a la personalidad de la Casa.

Aún independiente, aún familiar, la Casa Louis Roederer actualmente está dirigida por su hijo, Frédéric Rouzaud, que representa la séptima generación de la familia. Con la misma paciencia y una inquebrantable fidelidad a su vocación creativa, la Casa Louis Roederer despacha actualmente más de tres millones de botellas por año hacia todo el mundo.

Louis Roederer luego de dos siglos de historia

La Casa posee 240 hectáreas situadas exclusivamente en los Grands y Premiers Crus del Marne compuestas de 410 parcelas. Y un auténtico talento vitícola sigue siendo su mayor fortaleza. Vale decir que, la práctica de una viticultura “a medida” permite lograr un nivel excepcional de madurez de la uva.

Este trabajo de precisión se efectúa respetando la biodiversidad y otorgando una importancia cada vez mayor a los principios de la agricultura biodinámica. El viñedo Louis Roederer se sitúa en el corazón de los tres principales terruños de Champagne: la Montaña de Reims, el Valle del Marne, y la Côte des Blancs. Su diversidad y su generosidad ofrecen a la Casa una gran variedad de posibilidades de creación.

Dentro de los productos estrellas que Louis Roederer elabora se destacan, principalmente, dos. Por un lado, Cristal 2012 (Y Cristal Rosé). Que es la primera añada Cristal nacida de una viticultura nueva. Es decir, la culminación de largos años de reflexión y de ensayos.

Por el otro, Cristal Vinothèque 1999, que nació desde una nueva identidad de la Casa; mediante una crianza a medida y un degüelle tardío. Versionada en blanco y en rosado, esta cuvée excepcional, renovada por el tiempo, es el más fiel reflejo de la búsqueda de la eterna frescura.