Naturaleza, arquitectura y ubicación privilegiada. San Miguel es una de las nueve islas portuguesas que se denominan afortunadas.

Por: Vale Trosch

La historia de San Miguel comienza, aproximadamente, en 1450. Es la mayor isla, de las nueve que componen el archipiélago de las Azores. Es la más poblada y sede del Gobierno Regional de las Azores; por lo que también alberga a la capital de la región Ponta Delgada.

A lo largo de los años se ha construido a medida de su economía, cultura y geografía. Actualmente, se puede apreciar en su arquitectura el paso del tiempo y de los vaivenes de su construcción. También se puede ver las fluctuaciones en su economía, ya que pasó de ser una isla agrícola y ganadera a una apuesta fuerte al turismo.

La dimensión de la isla y la diversidad de infraestructuras y servicios con los que cuenta, la hacen una isla de experiencias y una auténtica puerta de entrada para descubrir el archipiélago azoriano.

Lo primero que se debe destacar es que la geografía de las nueve islas del archipiélago de las Azores, es de origen volcánico y se localizan en pleno Atlántico Norte. Están dispersas en una franja de cerca de 600 kilómetros de extensión. Están a una distancia de 1.600 kilómetros del continente europeo y de Portugal, país al que pertenecen.

Estás nueve islas del archipiélago se dividen en tres grupos geográficos: el grupo oriental, compuesto por Santa María y San Miguel, el grupo central formado por las islas de Terceira, Graciosa, San Jorge, Pico y Faial, y el grupo occidental compuesto por las islas de Corvo y Flores. Las Azores, junto con los archipiélagos de Madeira, Canarias y Cabo Verde definen la región biogeográfica de la Macaronesia, designación que significa “islas afortunadas”, para quien las habita, y las visita.

San Miguel y la fortuna de su ubicación

San Miguel está marcada por dos áreas montañosas separadas por una plataforma de baja altitud. Es llamada, también, Isla Verde. Porque el paisaje se compone de prados extensos y manchas de bosque implantadas en los valles de los arroyos y en zonas de difícil acceso. La cryptomeria (o cedro de Japón) se destaca en la producción forestal.

Asimismo, la flora original se encuentra en pequeños núcleos, donde especies nativas y endémicas como el brezo, la faya, el laurel endémico y el acebo sirven de abrigo a un ave muy especial, el camachuelo de las Azores o Priôlo.

Pero lo más impresionante de la mayor de las islas son las grandes lagunas de las Azores, que se encuentran en las calderas volcánicas de dimensiones kilométricas. La más emblemática está en Sete Cidades, lugar de leyendas y mitos.

San Miguel, la isla bendecida del archipiélago de las AzoresLa magia continúa en la laguna de Fogo, que demuestra un carácter más salvaje. Mientras que, en el volcán de Furnas, la laguna ocupa una posición privilegiada y se destaca por su extensión y vegetación exuberante. Por supuesto, recibe el nombre de Vale Formoso (valle hermoso). Pero el desfile de lagunas continúa, tanto en Serra Devassa, como en la parte central de la isla: Santiago, Rasa, Canário, Éguas, Empadadas, Congro y São Brás.

La joya de San Miguel

Las piscinas naturales de aguas calientes son uno de los prodigios de la naturaleza en San Miguel. Por ejemplo, en Caldeira Velha, un hilo de agua translúcida se desliza por venas de ocre vivo incrustadas en la roca ennegrecida. O el jardín botánico de la piscina de agua ferruginosa de color marrón del Parque Terra Nostra.  

San Miguel, la isla bendecida del archipiélago de las AzoresSe suman, acantilados altos forrados de bosque verde; puntas negras de basalto que penetran en el mar; fajãs (lenguas de tierra sobre el mar); e innumerables playas de arena volcánica gris.

Además, en el litoral sur, se encuentran las playas de Pópulo, Vinha da Areia y Ribeira Quente, que son las más populares. Aunque, para los visitantes que prefieren más contacto con la naturaleza e intimidad se destacan Amora, Viola, Lombo Gordo o Mosteiros. Todas ellas combinan, zonas de roca negra, lugares para tomar el sol y mar cristalino.

Las actividades en San Miguel

Los fanáticos de experimentar naturaleza y paisajes desde cerca, encontrarán un buen número de senderos para caminar. También, paseos a caballo o en bicicleta. Se suman dos campos de golf, y la posibilidad de explorar la isla en jeep 4×4 o en un vuelo en parapente.

En San Miguel o Isla Verde, se puede hacer piragüismo y otros deportes náuticos en las lagunas que están en las calderas de los volcanes. En algunas lagunas y arroyos, con previo permiso, también se puede pescar. El buceo, el avistamiento de ballenas y la pesca de alta mar son actividades que tienen gran desarrollo. Asimismo, en la costa norte, los fanáticos de los deportes náuticos pueden practicar surf y bodyboard.

Mientras que, los fanáticos de la arquitectura pueden visitar Ponta Delgada, que fue construida en una bahía natural. Se destaca por la cantidad de iglesias, entre otros edificios. Entre ellos, la iglesia Matriz de São Sebastião y la de Todos os Santos.

Por otro lado, en la ciudad de Ribeira Grande, se puede apreciar el formidable juego cromático entre la mampostería blanca y la sillería. Este contraste está presente en las iglesias (Nossa Senhora da Estrela), también en el puente de los Oito Arcos (ocho arcos) y en las casas solariegas con los balcones de hierro forjado.

Y finalmente, los molinos de agua. Que son testimonio de los tiempos pasados y pueden ser encontrados en varios lugares de la isla. El más elegante se encuentra en la Ribeira dos Caldeirões.

San Miguel también es…

San Miguel es cultura, aquí nacieron símbolos nacionales como el poeta Antero de Quental (1842-1891) y el político y ensayista Teófilo Braga, elegido presidente de Portugal en 1915. Y la poeta Natália Correia (1923-1993), mujer destacada en los campos cívico, político y cultural, que escribió la letra del Himno Oficial de las Azores. Además, posee tradición ancestral en la industria de la cerámica y alfarería. Mientras que su gastronomía encierra frescura con platos que se centran en el mar.

En cada detalle se puede ver que San Miguel y todo el archipiélago fueron bendecidos. Es un lugar mágico, natural, diverso y fascinante.

Fuente: Turismo dos AçoresCréditos fotos: Turismo dos Açores

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